abril 02, 2008

Brecha Digital: Sociedad de conocimiento, brecha cultural, social y educativa

El origen del concepto de “brecha digital” surgido en la época en que se inicia el proyecto Minitel en Francia a finales de la década de los 70 y principios de los 80. Este proyecto contempló la sustitución de la distribución de directorios telefónicos impresos por unos equipos de cómputo a manera de terminales muy simples que permitían búsquedas de números telefónicos de una base de datos electrónica. Cuando se lanzó este proyecto se discutía si los equipos debían proporcionarse en forma gratuita o no a toda la población. Se argumentaba que, dentro de un régimen democrático, no debía marginarse a ningún ciudadano del acceso a la información. La referencia invocaba a los sectores de la sociedad que no contaban con recursos para adquirirlo. Este sistema se veía como la puerta de entrada a la sociedad de la información.

En los últimos años de la década de los 90, Estados Unidos retoma el uso de este concepto para denotar el riesgo de marginar a los sectores sociales menos favorecidos de los beneficios de tener acceso a Internet, con la connotación de que ésta es la puerta de entrada al mundo de la información y del conocimiento. De este planteamiento surge en muchos países la inquietud de facilitar el acceso a Internet y de medir la llamada “brecha digital” en términos de la relación del porcentaje de la población total con acceso a Internet. Esta estrategia se basa en el acceso a Internet en hogares en las naciones industrializadas y a la
creación de centros de acceso público a Internet en los países en vías de desarrollo. Sin embargo, no significa lo mismo el tener o no acceso a Internet para la población de los diferentes países del mundo, debido a su diversidad cultural y económica y a lo que les ofrece Internet y puedan concebir como información o conocimiento aplicable y relevante.

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos define el concepto brecha digital en términos de acceso a computadoras (TIC) e Internet y habilidades de uso de estas tecnologías. No obstante, la propia OCDE define a la tecnología como un proceso social, lo cual hace necesario explorar un significado más amplio para este concepto. De manera general brecha digital se vincula con la idea de tener acceso a Internet; sin embargo, para la comprensión de este concepto se concibe a Internet en tres dimensiones.

La primera corresponde al llamado comercio electrónico, en la cual la red es el medio que crea las condiciones del mercado universal virtual, entre consumidores y empresas o entre empresas, y en fechas más recientes se incluye la relación con el gobierno. La segunda dimensión corresponde a la llamada sociedad de la información, en donde la red crea las condiciones de una biblioteca virtual universal, esto es, como medio de acceso a un gran acervo de información disponible a través de los sitios conectados a la red. Entre éstos se cuentan los de las dependencias de gobierno, y se concibe como la tercera dimensión, y corresponde al llamado gobierno electrónico que ofrece trámites y servicios a su ciudadanía a través de la red mundial. En general al hablar de “brecha digital”, la dimensión de la Internet que se invoca es la de biblioteca universal virtual, la cual termina por concebirse como el acceso al conocimiento.

No obstante, al hablar de brecha digital se maneja el supuesto implícito de que todo ser humano al tener acceso a información formal la usa o sabe usarla y lo que es más, la requiere en su proceso de toma decisiones cotidianas. Sin embargo, esto no siempre es cierto, sobre todo depende del país del que se trate, de su nivel de desarrollo y costumbres culturales. Este aspecto del fenómeno de uso de Internet sólo se puede considerar si se reconoce el carácter social de los sistemas de información, el cual exige tomar en cuenta el contexto social de cada país.

Para abordar el problema de brecha digital debe considerarse una estrategia que contemple cuatro aspectos:

Infraestructura – disponibilidad de equipo de cómputo y conexión a Internet con esquemas adecuados de mantenimiento y soporte técnico.
Habilidades de uso de esta tecnología.
Oferta de información – desarrollo de sitios con contenidos relevantes al contexto y lengua nacional.
Cambio cultural con mecanismos de fomento al uso de información “formal” aplicable al contexto específico en la toma de decisiones.

La brecha digital no es sino aquella que considera, a tal brecha, como las desigualdades existentes en el acceso y uso de las TIC y, sobre todo, Internet. Los principales obstáculos para usar la Red son, fundamentalmente, los referidos al acceso físico, al apoyo y adiestramiento, a las actitudes, y a los contenidos. Desde el punto de vista del acceso físico se refieren, por un lado, al hecho de poder contar con una infraestructura de telecomunicaciones adecuada con un ancho de banda suficiente para la conexión a Internet y, por otro lado, el coste económico que supone el desarrollo y mantenimiento de dicha infraestructura. Además, el acceso físico tiene que contemplar a las personas con minusvalías físicas y psíquicas. Desde el punto de vista del apoyo y adiestramiento en el uso de Internet, es muy importante que las carencias existentes entre los que no saben hacer uso de los beneficios de la Red sean paliadas mediante la formación y adiestramiento en este sentido. El desarrollo de programas locales y gubernamentales de educación y alfabetización tecnológica e informacional se presentan como remedios inexcusables para salvar estos obstáculos. Desde el punto de vista de la actitud ante el reto tecnológico, las barreras provienen, por una parte, por el hecho de que más hombres que mujeres suelen estar online y, por otra, por el hecho de que muchas tradiciones culturales plenamente asentadas se basan en manifestaciones orales que suelen olvidar a la tecnología para sus expresiones fundamentales. El rechazo a lo tecnológico, el no querer relacionarse con todo lo relacionado con Internet, parte de una base de principios morales, éticos y culturales fuertemente arraigados. En estos casos, hay que plantear iniciativas conducentes a evitar el aislamiento de estas comunidades y hacerles partícipes de la revolución tecnológica. Por último, desde el punto de vista de los contenidos informativos que encontramos en Internet, la poca o nula relevancia de la información en Internet es una de las principales razones que suelen manifestar por quienes no quieren saber nada de la Red. En estos casos, se requieren iniciativas conducentes a seleccionar, recopilar y difundir recursos de información de interés para aquellas personas que no ven en la Red un elemento de respuesta a sus necesidades informativas.

Hay que afirmar, pues, que el problema de la brecha digital tiene una perspectiva tecnológica, pero también social, cultural y económica, porque todas ellas van entrelazadas entre sí, en mayor o menor medida. La brecha tecnológica supone no poder acceder o no poder o saber utilizar la tecnología. Esta primera exclusión puede deberse por tres razones: por no contar con los medios técnicos y económicos necesarios; por no saber qué hacer con la tecnología, qué provecho sacarle; y por no tener interés alguno en la tecnología. La brecha económica es bien clara; si no tienes dinero para adquirir un PC, para tener una conexión a Internet,… no puedes tener acceso a las oportunidades de las TIC. La brecha social se refiere al hecho de que según qué estrato social ocupes, tendrás una mayor o menor probabilidad de tener acceso a las TIC. Diversos estudios sobre el acceso y uso de Internet ponen de relieve que existe una clara correspondencia entre el nivel o capa social que ocupa cada persona con sus posibilidades de acceder a las TIC. Por último, está la brecha educativo-cultural que se refleja en el hecho de, por un lado, estar o no familiarizado con las TIC, su uso, sus capacidades, etc., y por otro, con el hecho de que los contenidos de la Red se encuentren mayoritariamente en un solo idioma pudiendo provocar una situación de “colonialismo lingüístico”. Al tiempo, la brecha educativa –saber o no saber usar y aprovechar las TIC- viene acompañada de una sensación de saturación ante tanta información, ante tanta intoxicación informativa. Esto nos hace olvidar que en muchos casos las fuentes impresas pueden ser más apropiadas que las electrónicas, lo que nos refuerza en la idea de que Internet, por sí misma, nunca podrá ser un sustituto de las bibliotecas.
Referencias electrónicas

RAZÓN Y PALABRA: Brecha Digital: Descartando un Término Equívoco http://www.razonypalabra.org.mx/anteriores/n51/evillanueva.html


La brecha digital, un concepto social con cuatro dimensiones http://www.inegi.gob.mx/inegi/contenidos/espanol/prensa/contenidos/articulos/tecnologia/brecha.pdf


BRECHA DIGITAL, BRECHA SOCIAL, BRECHA ECONOMICA, BRECHA CULTURAL: LA BIBLIOTECA PÚBLICA ANTE LAS CUATRO CARAS DE UNA MISMA MONEDA
Fco. Javier García Gómez∗
Biblioteca Pública Municipal. Ayuntamiento de San Javier (Murcia)
http://eprints.rclis.org/archive/00004068/01/garcia.pdf

Brecha digital http://es.wikipedia.org/wiki/Brecha_digital


La Brecha digital http://www.vecam.org/article550.html

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